Quejarse vs Actuar

Haz que las cosas sucedan

Hay dos tipos de personas en el mundo: aquellos que se quejan y aquellos que hacen algo al respecto.

Y es común observar que aquellos que más se quejan son los que menos hacen.

Pero ¿cuál es la relación entre quejarse y el éxito? ¿Es causal o correlativa?

¡Encontremos el cómo sí! Y guarda el split de entrenamiento de 3 días que te dejé por ahí. :)

Los efectos negativos de quejarse:

1. Amarga el estado de ánimo y apaga la acción:

Quejarse tiene un impacto negativo en nuestro estado de ánimo, ya que el acto de quejarse refuerza nuestras experiencias negativas. Esto nos desalienta a tomar medidas efectivas. Además, quejarse puede ser contagioso, propagando la negatividad a quienes nos rodean. Esto crea un ciclo tóxico en el que las quejas se alimentan mutuamente, obstaculizando el progreso y la productividad.

2. Sensación de falta de propósito y disminución de la motivación:

Quejarse fomenta sentimientos de falta de propósito y disminuye la motivación. Estas barreras emocionales dificultan la evaluación objetiva de las situaciones e inhiben el cambio positivo. Cuando nos quejamos, nos enfocamos en el problema en lugar de buscar soluciones, lo que lleva a un estancamiento del progreso.

3. Adopción una mentalidad de víctima:

Quejarse puede llevarnos a percibirnos como víctimas de circunstancias que están más allá de nuestro control. Esta mentalidad nos impide buscar activamente soluciones y en cambio fomenta la creencia de que nada se puede hacer. Nos ciega ante las posibilidades y alternativas que podrían conducir al éxito.

Asumir la responsabilidad y encontrar soluciones:

En lugar de caer en la trampa de quejarse, debemos asumir la responsabilidad de nuestros fracasos y buscar activamente formas de mejorar. Para hacer esto, necesitamos hacernos dos preguntas cruciales:

1. "¿Qué hice para estar en esta situación?"

2. "¿Qué podría haber hecho de manera diferente para evitarlo?"

Al examinar honestamente nuestras acciones y decisiones, podemos identificar los comportamientos o decisiones específicas que llevaron al problema.

Este cambio de mentalidad nos permite descartar excusas y justificaciones y, en cambio, centrarnos en pasos concretos para mejorar.

La Responsabilidad es Crucial:

Es importante entender que casi todos los problemas tienen una solución, incluso aquellos con los que hemos luchado en el pasado.

Si bien las soluciones no siempre se alinean con nuestros deseos, existen de todas formas.

Depende de nosotros encontrar el camino a seguir, sin importar cuán desafiante pueda parecer.

¡Siempre hay un cómo sí!

Asumir la responsabilidad de nuestras acciones y buscar soluciones en lugar de quejarnos nos empodera para superar obstáculos y alcanzar el éxito.

¿Quieres conocer algunos consejos que he aprendido a lo largo de los años y que han marcado la diferencia en mi camino fitness?

1. Consistencia en lugar de Cambios Constantes

Si estás cambiando tus rutinas de entrenamiento de manera constante cada pocas semanas, es hora de reflexionar. Hacer cambios drásticos en tus ejercicios, divisiones de entrenamiento y tiempos de descanso con demasiada frecuencia puede obstaculizar tu progreso. Acepta cierta variabilidad, pero recuerda que la consistencia es clave para lograr verdaderos avances.

2. Rangos de Repeticiones: Encuentra lo que Funciona para Ti

No te obsesiones con los rangos de repeticiones. Puedes desarrollar músculo con un rango que va desde aproximadamente 4 hasta 20 repeticiones por serie. El "mejor" rango de repeticiones para ti es aquel en el que más te diviertas. Experimenta, encuentra tu punto óptimo y concéntrate en lo que te motive y te mantenga comprometido. (Si tienes un objetivo específico y es muy relevante para ti lee el punto 7)

3. Entrenamiento hasta el Fallo: No Siempre Necesario

Contrario a la creencia popular, no es necesario llegar al fallo muscular en cada sesión para maximizar el crecimiento muscular. De hecho, hacerlo con demasiada frecuencia puede ralentizar tu progreso. Busca calidad sobre cantidad y apunta a la adaptación en lugar de la aniquilación total.

4. Libertad de Ejercicios: No hay Movimientos Obligatorios

Deja de lado la idea de que existen ejercicios específicos que son imprescindibles para ganar músculo y fuerza. Cada ejercicio tiene sus ventajas, desventajas y variaciones. Si no puedes o no quieres hacer un ejercicio en particular, no te preocupes. Siempre hay otro ejercicio que puede lograr resultados similares.

5. Acepta los Días de Descanso y Recuperación

No subestimes el poder del descanso, la recuperación y la relajación. Los días de descanso, las semanas de descarga y tomarte un tiempo libre no son señales de pereza, sino inversiones fundamentales en tu salud y bienestar general. Recargan tu cuerpo, fomentan la recuperación y proporcionan la energía necesaria para un progreso sostenible.

6. La alimentación es más importante de lo que crees

La mejor estrategia para generar un balance y conseguir los resultados que buscas es darle prioridad a tu alimentación. Por más ejercicio que hagas, esta actividad física solo impacta el 5% de tu gasto calórico. Cuando entrenes enfócate en un objetivo más allá de quemar calorías.

7. Déjate guiar

Buscar información es muy fácil, el problema es que no conoces el contexto con el cual se escribió esa información. La asesoría de profesionales es la mejor inversión que puedes hacer. A mí me hubiera ahorrado 17 años. 😬

¿Entrenas 3 días a la semana?

Aquí están las 2 formas más comunes de hacer la división de tu entrenamiento para desarrollo muscular.

Clásico de 3 días para el desarrollo muscular:
Día 1: Pecho, Espalda, Abdominales
Día 2: Hombros, Bíceps, Tríceps
Día 3: Cuádriceps, Isquiotibiales, Pantorrillas (Trabajo directo de glúteos opcional)

Empuje-Jalón-Piernas:
Día 1: Pecho, Hombros, Tríceps (Grupos musculares de empuje)
Día 2: Espalda, Bíceps, Abdominales (Grupos musculares de jalón)
Día 3: Cuádriceps, Isquiotibiales, Glúteos/Caderas, Pantorrillas (Grupos musculares de las piernas)

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Andie